Quizá convenga explicar primero
qué significa “Sistema de agua en Alta”; se trata del sistema de acopio,
tratamiento y acumulación del agua, toda la fase previa a la distribución a la
red municipal. Aquí entran depósitos de agua y sus elementos asociados como
puedan ser los medios de obtención de agua (pozos, manantiales…), o de tratamiento
de la misma (potabilizadoras o cloradores automáticos) y por supuesto los
sistemas de bombeo y las grandes redes de canalización que transporta el agua
entre esos elementos.
El “sistema de agua en baja”, por
su parte, sería el de distribución a través de la red municipal hasta las
acometidas que entran en cada una de nuestras casas (a partir del entronque a
la acometida deja de considerarse red municipal).
El convenio presentado por IACLM
afectaría al sistema de “agua en Alta”. ¿Pero qué es lo que se ha propuesto a
los ayuntamientos? Analizando el convenio tipo presentado, sorprenden varios
aspectos, todos ellos en la línea de que la propuesta supone la pérdida de la
soberanía por parte de los municipios sobre sus medios de acopio, tratamiento y
almacenamiento de agua, sobre su gestión y sobre sus beneficios. Todo ello sin
aparentes contraprestaciones o mejoras, ni económicas, ni de servicio.
La empresa propone básicamente lo siguiente a
los municipios: ellos ceden, de forma indefinida, la gestión de su agua en alta,
con todos los derechos que ello significa y a cambio de ello únicamente ofrece la
posibilidad de abastecerse de la Tubería de la Llanura Manchega con agua
procedente del trasvase del Tajo-Segura, un agua más cara que la que tienen
muchos de los municipios actualmente. En principio, poder abastecerse de la Tubería
de la Llanura Manchega implica ciertas ventajas en momentos puntuales de
desabastecimiento o de problemas de calidad del agua local, pero una propuesta
de entronque y un contrato que permita el abastecimiento puntual en estos casos
sería más que suficiente. Lo que se ofrece a los ayuntamientos se aleja mucho
de esta solución.
La propuesta ni siquiera oculta la
pérdida de soberanía de los municipios respecto a sus fuentes de abastecimiento,
ya que deja claro que el proceso es indefinido en el tiempo y que la
posibilidad de revertirlo es prácticamente inasumible económicamente para los
municipios. Lo que IACLM pide ahora que le cedan de forma gratuita, solo lo
devolvería previo pago de enormes sumas en concepto de gastos de inversión,
gestión y lucro cesante (sin deducir de ello las ganancias producidas durante
la concesión ni el valor de las instalaciones al comienzo de la misma), un
coste que, en la práctica, ningún municipio podría asumir.
Pero, además de esta primera
pérdida de soberanía municipal sobre uno de sus recursos más valiosos, los
municipios quedan mucho más expuestos a ofertas por parte de empresas privadas
por lo que aún queda en sus manos (el agua en baja). Efectivamente, Cuando una
empresa privada realiza una oferta por la concesión del agua municipal, debe
hacerlo acorde con el valor del servicio, con lo que, tras la pérdida de sus
elementos más valiosos (precisamente donde más han invertido los municipios en
las últimas décadas son los que la IACLM pide ahora a coste cero), bajará el
valor total del servicio de agua y aumentará el interés de las empresas
privadas por hacerse con la gestión de ese servicio, ahora “rebajado”.
Respecto al agua en alta, que se
habría concedido a IACLM y, que habría quedado en manos de la Agencia del Agua
de Castilla-La Mancha, no quedaría exenta de privatización. En realidad buena
parte del agua en Alta de Castilla-La Mancha está ya en manos privadas y, de
hecho, el que esté bajo la responsabilidad de la Agencia del Agua de
Castilla-La Mancha (a cargo de IACLM) no lo evita, sino todo lo contrario.
Empresas privadas de agua como AQUALIA (FCC), DRAGADOS, DEGREMONT o
SADYT-RAYET, ya gestionan los sistemas
de abastecimiento de Algodor, Picadas I y II, Campana de Oropesa, Ceballo,
Girasol, Tajuña, Bornova, Campiña baja, Valdepeñas o Taibilla, (casi la mitad del
agua en Alta en Castilla-La Mancha) y la mayor parte de esos sistemas están
bajo la responsabilidad de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha.
Ante esta situación, el escenario más beneficioso para
los municipios afectados sería el de unirse en una respuesta conjunta y, que ésta fuera apostar por la soberanía sobre el agua que llega a sus ciudadanos. No se
trata de perder la oportunidad de enganche a la Tubería de la Llanura Manchega
ni a sus posibles beneficios, se trata de que este enganche no vaya ligado a la
pérdida de la gestión de sus instalaciones de agua en alta. Los pozos que cada
municipio tiene, los medios de tratamiento, los bombeos, los depósitos, etc.,
son un patrimonio en el que, durante décadas, los municipios han venido
invirtiendo grandes cantidades de recursos; son elementos estratégicos asociados
a algo vital para la vida de sus ciudadanos, que ninguno de ellos debería
plantearse desprenderse de su gestión.
Por: Víctor García de Lucas